JEHAD AL SHRAFII

10 de enero de 2024, franja de Gaza. "Ibrahim tiene 12 años. Fue alcanzado por un proyectil de tanque en la escuela donde estaban desplazados. Perdió su mano derecha. Es un niño como cualquier otro niño. Un niño que quiere jugar. Un niño con una mano amputada... que quiere jugar. Esta es la primera guerra que experimento como fotoperiodista. Tengo 22 años, soy apasionado del trabajo medioambiental y humanitario. Solía vivir en Jerusalén y ocasionalmente visitaba Gaza. Solía moverme libremente, y la vida era buena. No esperaba experimentar algo así en mi vida. Como ser humano, vivo en la guerra y como periodista, cubro la guerra. El sentimiento de miedo siempre nos domina porque no hay nada que nos proteja, ni como seres humanos ni como periodistas. Siempre imagino que si estuviera en otro país que no fuera en el que vivo, alguien de mi edad estaría en la universidad o haciendo voluntariado, y todavía estaría al principio de su vida. Pensaría en el amor, en la vida, en cómo ser feliz, pero lo que nos ha sucedido nos ha envejecido mucho más allá de nuestra edad. Quiero decir, nuestros mayores sueños se han convertido en simplemente poder dormir en nuestra casa o regresar a ella".@JEHAD AL SHRAFII

10 de enero de 2024, franja de Gaza. «Ibrahim tiene 12 años. Fue alcanzado por un proyectil de tanque en la escuela donde estaban desplazados. Perdió su mano derecha. Es un niño como cualquier otro niño. Un niño que quiere jugar. Un niño con una mano amputada… que quiere jugar. Esta es la primera guerra que experimento como fotoperiodista. Tengo 22 años, soy apasionado del trabajo medioambiental y humanitario. Solía vivir en Jerusalén y ocasionalmente visitaba Gaza. Solía moverme libremente, y la vida era buena. No esperaba experimentar algo así en mi vida. Como ser humano, vivo en la guerra y como periodista, cubro la guerra. El sentimiento de miedo siempre nos domina porque no hay nada que nos proteja, ni como seres humanos ni como periodistas. Siempre imagino que si estuviera en otro país que no fuera en el que vivo, alguien de mi edad estaría en la universidad o haciendo voluntariado, y todavía estaría al principio de su vida. Pensaría en el amor, en la vida, en cómo ser feliz, pero lo que nos ha sucedido nos ha envejecido mucho más allá de nuestra edad. Quiero decir, nuestros mayores sueños se han convertido en simplemente poder dormir en nuestra casa o regresar a ella».@JEHAD AL SHRAFII